El etiquetado frontal y las consecuencias del Estado Niñera

0 Views· 09/06/23
Karina Mariani Editoriales
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Las legislaciones invasivas, creadas al unísono en todo el mundo por estos furiosos bienhechores que nos están robando el derecho inalienable de tomar nuestras propias decisiones, nos convirtieron en una sociedad infantilizada. Pero incluso en la excusa de protección a los niños subyace una profunda contradicción: prohíben la publicidad de golosinas dirigida a menores bajo pretexto de “defender sus intereses frente a los de la industria alimentaria”, al tiempo que consideran que un menor es lo bastante maduro como para tomar la decisión de someterse a un tratamiento de hormonas o a mutilaciones irreversibles. En resumen, le atribuyen a los niños la madurez suficiente para mutilar su cuerpo pero no para ver un muñequito en el envase de un producto azucarado. Maduros para ver shows de drag queens pero no para ver animalitos en una caja de cereales. El deseo de interferir en todos los aspectos de nuestra vida bajo el ardid de “la salud” tiene como objetivo regular el comportamiento, en consecuencia, sería oportuno resolver cuál es el alcance del rol de los políticos a la hora de determinar lo que la gente puede elegir. El etiquetado frontal global pone de manifiesto la repugnancia que le da a esos mismos políticos la libertad y la responsabilidad individual. De hecho, el Estado Niñera niega a los individuos su capacidad para evaluar sus propias decisiones y por eso ningún ámbito del consumo y del estilo de vida se salva de sus propósitos de regulación. La pregunta es qué vendrá después, ya que el Estado Niñera jamás ha retrocedido. por Karina Mariani

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