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TITO 3 - LLENOS DE RENCOR Y ENVIDIA
El evangelio es poder de Dios para salvación. Son las buena noticias de Cristo nos amó y murió por nosotros para darnos vida eterna las que tienen el poder para transformar nuestras vidas. Aquí Pablo habla brevemente de cómo era su vida antes de conocer a Cristo. Pablo dice que todos antes estábamos sujetos a nuestras pasiones y malos deseos. Nuestra condición era de una natural rebeldía. Me cuesta imaginar a Pablo siendo una persona odiosa. Pero así se describe él: llena de odio y envidia. Lo cierto es que el apóstol Pablo antes de conocer a Cristo era un fariseo. Era un religioso. Pero eso nos dice algo muy importante de la religión: Puedo pretender ser santo. Puedo pretender ser del pueblo escogido. Pero puedo en realidad estar tan perdido cómo los paganos. De nada me sirve conocer a Dios, guardar sus mandamientos, si no he aprendido a perdonar, a amar, y a ser amable y bondadoso. Solo Cristo puede transformar mi vida y mi corazón. Cristo murió por mí cuando yo estaba totalmente perdido. No había ningún mérito en nosotros. Fuimos salvos por pura gracia. Y así como Cristo me amó, yo debo llenarme de su amor. Pablo le aconseja a Tito que enseñe esto, y que se aparte de los que les gusta discutir y armar polémicas. Se les debe reprender una y dos veces, y si no entienden, hay que dejarlos. Ellos no han entendido la naturaleza del evangelio. El evangelio tiene que volvernos personas pacíficas, tranquilas, y amorosas. Si el evangelio no ha hecho eso en ti, es posible que todavía no lo hayas internalizado plenamente. Que el Señor nos ayude a ser esa iglesia unida, amorosa, y servicial que Él espera que seamos. Que el Señor te bendiga.