No arruines tu vida por una mala decisión 25/6/2023 #1254

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Iglesia de la Ciudad - Mensajes
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Pastor José Luis Cinalli
25/6/2023
No arruines tu vida por una mala decisión
“Al caer la tarde, dos… ángeles llegaron a Sodoma. Lot estaba sentado a la entrada de la ciudad, y en cuanto los vio…. les dijo: … vengan a mi casa… Ellos le dijeron: “Se lo agradecemos, pero vamos a pasar la noche en la calle”, Génesis 19:1-2 (TLA).
Lot se había convertido en un líder influyente en la ciudad de Sodoma. “Sentado a la entrada de la ciudad” significa que tenia de una posición de autoridad. Se había abierto camino, ¡pero en el mundo terrenal! Había tenido éxito, ¡pero a la vista humana! Cuando Lot abandonó al ungido tío Abraham emprendió un camino sin retorno a la decadencia espiritual. Su vida bendecida se acabó el día en que “miró… hacia Sodoma…”, Génesis 13:10 (TLA). Seducido por los cosas terrenales “fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma” (Génesis 13:12) hasta que finalmente se radicó en ella, Génesis 14:12. Qué diferencia con Abraham de quién se dice que en la tierra prometida “vivió por… fe como un extranjero, habitando en tiendas… porque con toda confianza esperaba llegar a la ciudad celestial, cuyo arquitecto y constructor es Dios”, Hebreos 11:9-10 (CAS). Abraham viajaba livianito por esta vida sin aferrarse a las cosas que un día tendría que dejar. Era un peregrino en esta tierra. Hacía tesoros, pero en el lugar de su morada definitiva y permanente, la ciudad de los redimidos (Filipenses 3:20), llamada también “patria celestial” (Hebreos 11:16, NTV); “ciudad del Dios viviente o Jerusalén celestial”, Hebreos 12:22 (NT-BAD). Ahora bien, ¿quién desea vivir en esa ciudad? ¿A quién le interesa el cielo? Lo que realmente tiene interés para nosotros es la tierra y las cosas que nos ofrece. Nadie quiere irse de este ‘mundo feliz’. Lamentablemente el remoto pensamiento de abandonar esta vida nos produce mucha tristeza.
¿Y por qué debería interesarnos el cielo? Porque todo aquello que tiene valor auténtico para nosotros está allá. Nuestro Padre está en el cielo: “...Padre nuestro que estás en el cielo...”, Mateo 6:9 (NTV). Nuestro Salvador está en el cielo: “Cristo entró al cielo...”, Hebreos 9:24 (NT-BAD). Nuestros héroes espirituales y hermanos en la fe están en el cielo: “... En el cielo... están todos aquellos a quienes Dios trató como a hijos...”, Hebreos 12:22-23 (TLA). Nuestros nombres están escritos en el cielo: “... Alégrense porque sus nombres están escritos en el cielo”, Lucas 10:20 (NTV). Nuestra ciudadanía está en el cielo: “...Somos ciudadanos del cielo...”, Filipenses 3:20 (NVI). Nuestra bendición está en el cielo: “Dios... nos ha bendecido con toda bendición... en el cielo...”, Efesios 1:3 (Castillian). Nuestro hogar está en el cielo: “... Tenemos... una casa eterna en el cielo...”, 2ª Corintios 5:1 (NVI). Nuestra herencia está en el cielo: “Tenemos una herencia... que está reservada en el cielo...”, 1ª Pedro 1:4 (NTV). Nuestra recompensa está en el cielo: “... Alégrense... pues... les espera una gran recompensa en el cielo”, Lucas 6:23 (NVI). Nuestro Padre, nuestro Salvador, nuestra familia, nuestros nombres, nuestra bendición, nuestro hogar, nuestra herencia y nuestra recompensa están en el cielo. Todo aquello que posee valor real para un cristiano está en el cielo. “Nada de lo que el mundo ofrece viene del Padre... Y est

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