476. Millantún (leyenda mapuche)

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Juan David Betancur<br/>elnarrodororal@gmail.com<br/><br/><br/>Había una vez en el mundo mapuche, un viejo muy pobre y enfermo que no podía trabajar. Tenía dos hijos: un muchacho  y una muchacha muy hermosa lllamada Millantún, que en mapuche quiere decir `sol de oro'.Como su padre estaba muy enfermo, el muchacho decidio salir a pescar en la canoa de la familia. Después de varias horas navegando y tratando de pescar, el joven vio un pesz muy grande que se acercaba a su bote e inmediatamente comenzó a remar mar adentro tratando de alcanzar dicho animal. Sabía que si pescaba un ser tan grande podría conseguir buen dinero en el mercado y alimentar a su padre y a su hermana.  Este pez de apariencia desconocida curiosamente nadaba siempre cerca de la canoa, pero cuando se acercaba el pez se apartaba de esta manera después de varias horas en este juego de acercarse y tratar de pescarlo el joven ya no veía la costa de donde había salido. Pero de pronto vio a lo lejos una isla y vio como aquel pez se acercaba a una cueva abierta entre unas rocas enormes que estaban en la playa. El joven sin pensarlo dos veces salto de aquel bote y nado hasta la playa ya allí entro en la caverna buscando el pez que lo había eludido desde las horas de la mañana. Apenas el joven puso un pie dentro de la cueva sintió una presencia física enorme junto a el y al darse la vuelta vio la figura del pez que estaba parado exactamente detrás de el. El pez con su boca abierta salto sobre el muchacho y se lo trago de un solo mordisco. El pez era el amo y señor de aquella isla y atraía a los marineros con su tamaño para llevarlos a la cueva y allí comérselos.   Cuando llego la noche la muchacha  llamada Millantun y su padre se dieron cuenta que su hermano e hijo no regresaba y comenzaron a temer que el muchacho se hubiera perdido entre las brumas del mar o que se hubiera caido de la canoa y el océano se lo hubiera tragado.  La tristeza invadió a la joven, sin embargo siempre tenia la esperanza de que su hermano regresara. Un día Millantún se levantó temprano y fue a la orilla del mar a buscar algunos mariscos para comer. Desde la orilla vio a lo lejos una aleta y un brillo que antes no había visto. Era una gran pez que nadaba frente a ella a cierta distancia, decidida se puso a cantar y al oír su bella voz el pez se fue  acercando encantado por aquella melodía que salia de la boca de la joven. pero no lo suficiente cerca para ser atrapado, así que la joven no pudo pescarlo.  Mientras volvía a su casa triste por no llevar nada de comer para su padre enfermo, vio en el camino a un pájaro muy grande que se había enredado con unos cordeles de pescadores. Ella que tenía un corazón enorme, se acercó al pobre animal y tomando un cuchillo que llevaba consigo, cortó las cuerdas y lo liberó. El pájaro, en agradecimiento, le dijo: He visto lo que estaba haciendo en la playa. Pero debo decirte que tu intento es inútil. Nunca podrás atrapar dicho pez ya que el realmente el rey de una isla más allá del horizonte. Dicha isla esta cubierta por una bruma que la hace casi imposible de llegar, pero he de decirte que si estas dispuesta de ir allí yo te acompañare. Además dicen en el pueblo que esa isla contiene un tesoro enorme que su rey ha ido recogiendo del fondo del mar. La razón por la que ese pez, que es el rey de la isla, no se acerca es porque tiene miedo que alguien pueda llevar a robarle su tesoro.  Déjame acompañarte y allí tratare de ayudarte.  Millantún dijo que sí y se fue contenta a su casa para prepararse para el viaje. . Por la noche, escuchó el grito del pájaro que volaba sobre su casa.  salió de la casa con un cuchillo grande escondido en su cintura y corrió a la orilla del mar donde vio al pájaro esperándola

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