Influencers degustando cucarachas o el turno de la distopía alimentaria

0 Views· 06/07/23
Karina Mariani Editoriales
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La lucha de los granjeros de los Países Bajos debería ser una enorme bandera roja, una señal de alarma ante un proceso mucho más grande. Christianne van der Wal, ministra del gobierno neerlandés, aseguró en el Congreso respecto de las expropiaciones a las que los sometieron que: «No hay ninguna oferta mejor que la del Gobierno» y afirmó que las «compras obligatorias se harían con todo el dolor en el corazón», si fuera necesario. Se trata del mayor exportador de carne de Europa y uno de los mayores exportadores agrícolas del mundo, la saña con estos granjeros no es casual. Al mismo tiempo la UE impone su agenda a países de América inventando restricciones a la compra de alimentos disimulando, detrás de una mascarada verde, un proteccionismo obsoleto y un colonialismo regulatorio. Las mismas o similares medidas se están implementando en otros países europeos, donde los gobiernos están alentando a los agricultores a abandonar sus propiedades y medios de vida en favor de industrias sustentables. Es claro el colapso que se provocará en el rubro de alimentos en un momento en que el mundo enfrenta los problemas, en el sector, provocados por los cierres, las cuarentenas y la actual guerra ruso-ucraniana. Resulta ridículo y procaz que justo en el momento en que nuestro desarrollo como especie consigue el hito de poder producir todo el alimento necesario para los miles de millones que somos, un puñado de obsesos nos quiere convencer de que renunciemos a eso para comer gusanos y cucarachas. El turno de la distopía alimentaria es eso, un intento ridículo y procaz, uno más para controlar tantos aspectos de nuestra vida como sea posible, desde nuestros datos de salud, pasando por nuestros ahorros y compras, siguiendo por nuestra movilidad, nuestra privacidad hasta llegar a la comida que comemos. por Karina Mariani

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