Mis fantasías sexuales.

Me encontraba en ese preciso momento en el garaje, pues acababa de llegar de haber comprado algunas cosas en el supermercado, siendo llegar, y aparcar en mi plaza de aparcamiento. Cuando, me dispuse a coger las cosas, y darme cuenta de lo sucio que, tengo el interior de mi vehículo, y lo desordenado que, tenía el coche. Y, como no hay nadie que, me esperé en casa, no habiendo tanta prisa como por subir, como que, me dio por recoger el interior, comenzando por el asiento trasero. Abrí la puerta trasera, me incline de manera que, apoye mis rodillas sobre el marco de la puerta, inclinado hacia delante el cuerpo, quitando y poniendo aquello que, va a la basura a un lado, ordenando los bajos de los asientos. Cuando siento una mano, posarse en mi cadera, al tiempo que me sueltan... “Que pasa vecino, necesita que se te eche una mano”. Y ese gesto, debo decir que, para mí, no significo nada, era un simple gesto que, aparentemente no significa nada, hombre, podría pensar en las libertades que, se ha tomado, pero no viendo mal en ello. Como que no dije nada al respecto, ni le eché cuenta, dándole a este por darme conversación, sin saber exactamente que, vecino, era. Cosa que, cambia en el momento que, esté, se me acerca un poco más, indicándome sobre todo unos papeles que, puse a un lado, momento digo, pues le da por colocar su otra mano en mi cintura, en el lado opuesto de la primera. Haciendo alusión a esos papeles, pero al mismo tiempo que sin llegarlo a pensar, presionando mis caderas con sus manos, e intentando llegar a esté papel, acaba por pegar su cuerpo al mío. Acto que, llegue a sentir, ese golpe seco, no siendo otra cosa que, sentir su pelvis chocar contra mis nalgas... uuummm!!. Y aunque, debo decir que, me quede callado, aun así, debo decir que, puse los ojos como platos, pues, aunque yo me di cuenta, lo que este acababa de hacer, no tanto como el mismo, pues ni cayó, o al menos, eso pienso yo. No dejaba de comentar algo sobre esos papeles, haciendo alusión a estos, ya sea por un anuncio, o publicación, o quizás por su llamativa portada, algo que, no sabría explicaros ahora. Pero si, cuando hablaba sobre eso en cuestión, no dejaba de apretar sus manos a mis caderas, apretándome con fuerza hacia él, presión que, hacía que su pelvis se presionara contra mis nalgas... uuummm!!. Y debo decir que, aunque inicialmente no fue para tanto, pues ninguno de los dos le dimos importancia, quizás yo, no se lo diera por no dar tanto bombo, pero era ese hecho en sí. Sí, simple, no lo niego, pero quizás fuera, no le diera importancia, porque el mismo cayó, cosa que, yo sí, llegue a dárselo, pues note su miembro, como si temblara, y cuya consecuencia, no fue otra que, empalmarse. Y decirme ese vecino, aquello de buena a primera... “Vecino, que, aquí estoy yo, para lo que, quieras”. Comentario que, dice, y percibir algo, pero es esa vergüenza la que, hace que, no me dé la vuelta, como la de callarme en esos momentos, y con gesto de acatamiento, quedármelo para mis adentros. Cuyo bulto, ya no era el hecho que, estuviera vibrando, sino que para esos momentos, pude constar que le estaba creciendo... uuuffff!!. Y volver a escuchar a ese vecino, ofrecerme, diciéndome... "Vecino, cuenta conmigo para lo que sea, yo te echo una mano, o te meto lo que, haga falta". Vecino que, ignoro porque motivo, actuó en esos momentos por cómo lo hizo, quizás se viera envalentonado por mi dejadez, o viendo mis actos de apatía, y sumisión. Que, sentí, como esa mano derecha descendía hasta mi entrepierna, y darle palpar primero, continuando por magrearme mi miembro... uuummm!!. Saltando con ese comentario... "Y esto, ¿qué es, sudor, pérdida de orina, o que, te estás corriendo?". Dice, mientras magrea mi miembro, retorciéndome de placer, no es para menos, y encima, no poder aguantarme, escapándoseme un gemido de placer... uuummm!!. Gesto que, le dio alas para continuar, sintiendo como con dos de sus dedos, comenzaba a juguetear con mi glande, y con su pulgar