Pese a que la paz está presente en documentos, tratados y discursos, la violencia sigue siendo una realidad en la nación sudamericana: 400 exintegrantes de esa guerrilla han sido asesinados tras la firma de los acuerdos de paz.Frente a estos asesinatos, el cofundador de la fundación Redepaz, Luis Emil Sanabria Duran, advierte que hay "intereses de los actores armados activos" para que no se realicen cambios sociales. "La mayoría de esos firmantes del acuerdo están promoviendo la paz en los territorios, la superación de los cultivos ilícitos, la reconciliación, y defendiendo el medio ambiente", apuntó.Gabriel Hernández, quien perteneció a las filas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP) y también participo en la firma de los acuerdos de paz, incidió en que, como muchos otros miembros de ese grupo, "considerábamos que se establecería el fin del conflicto"."Desafortunadamente una de las grandes falencias de este acuerdo (es que) no se puede asegurar realmente la vida, la dignidad y el bienestar de los firmantes que conformamos en el momento de la firma, 13.566 hombres y mujeres. De ese acuerdo no queda ni tierra para los firmantes", subrayó a Sputnik Gabriel Hernández.

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